lunes

Viajar desde un país en donde “La patria es el otro” hasta uno en donde “el problema es el otro” resultó un viaje más corto de lo previsto.


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Pensar a la sociedad argentina como un organismo homogéneo y compacto nos ahorra tiempo y simplifica su adjetivación de una manera muy cómoda y eficaz al mismo tiempo. Contradictoria, ambigua, gorila, autoritaria, indiferente, egoísta, prejuiciosa, racista, etc, etc….. Si de transferencia se tratara podríamos hasta ponerle un nombre de algún familiar cercano….pero esa posibilidad no creo que sume por ahora a ningún análisis.
Lo que sí me parece es que resulta muy angustiante pensarla solo en esos términos porque la conclusión es que se trata de algo o alguien “muy jodido”. Porque, sin remedio, la mayoría de las veces lo haremos en términos morales y no encontraremos muchas explicaciones para entender lo que han elegido y lo que siguen apoyando. ¿Se volvió de derecha de repente la sociedad?...¿Se hizo autoritaria de un día para otro? ¿Es indiferente a los otros de la noche a la mañana?
Tal vez si pudiéramos pensar que la modernidad nos muestra un conglomerado de individuos con un pensamiento más bien “fluctuante” que  no está atado a una lógica en donde necesariamente se es de una manera o se es de otra. Se mueven de un espacio a otro con sus propias valoraciones y su mirada coyuntural sin estamentos ideológicos “aparentes” más que la propia conveniencia o la simple alienación a su grupo de pertenencia. ¿Cuantos han votado a Macri por no sentirse un boludo en su entorno?.

Para muchos, entre los cuales me encuentro, que estamos parados desde cierto progresismo de izquierda, con cierta moralina del compromiso nos parecen traidores latentes o una especie de panqueques con patas caminando el país.

Días pasados leyendo un libro del Francois Dubet “¿Por qué elegimos la desigualdad”? el tipo decía algo así como que en cada ciudadano conviven dos facetas la pública y la privada en donde no necesariamente las dos se asemejan. Por un lado dentro de su rol publico acepta cierta normas sociales cuya finalidad es la solidaridad con los otros (impuestos, aportes jubilatorios, etc,etc) que muchas veces no coincidía con la otra faceta privada donde el mismo ciudadano sente hasta un desprecio por los pobres, los marginados, los caídos del sistema. Es decir que dentro de un esquema social solidario el tipo era un facho.

Estas concepciones  me recuerdan ejemplos de la educación argentina (o por lo menos la de la Provincia de Bs As) en donde muchos compañeros: fachos, gorilas ( y demás especies) se vieron obligados a transmitir un discurso de respeto hacia el otro y de reconocimiento de sus derechos. Es decir que sin ser solidario tuvieron que trabajar de solidarios. Uno de los grandes problemas que se presentó con esta lógica del período pasado es que no hubo supervisión, seguimiento o coordinación de lo que hacía ese docente “facho” y este hizo solo un poco de lo que se le pidió, no hizo nada y en el peor de los casos hizo lo contrario. ¿Alguien esperaba que estos docentes se sumaran a defender las causas populares por su sola iniciativa?. Ingenuidad de las grandes la que hubo.

Este tipo de ejemplos responde, en parte, a la pregunta inicial: ¿La sociedad se volvió de derecha de repente? Y la respuesta, a mi entender, es No, no…. Porque ciertos sectores ya eran reaccionarios mucho antes incluso votando por Cristina por diferentes razones coyunturales. Un ejemplo de esta cuestión podría ser el hecho de que en muchas elecciones en la Cuidad de Bs As ganaba el Pro para Jefe de Gobierno y Cristina como presidente.
En este punto no me voy a cansar de sostener que lo que el Kirchnerismo planteaba en relación a que TN logró que la gente se enojara y viera las cosas siempre de manera negativa es falaz en cierto sentido. Porque ese ciudadano ya pensaba de forma negativa antes del Kirchnerismo. Lo que viene a lograr TN y los medios hegemónicos de comunicación es encausar esa bronca hacia el Kirchnerismo. Incluso muchos televidentes de TN fueron votantes del K, es decir que hay una cuestión de identidad de ciertos grupos sociales y de ciertas características de “lo humano” que trascienden lo político, pero a su vez, lo político está impregnado de estas cuestiones. Podríamos llamarlas miserias humanas que hacen que se goce con lo mal que esta todo y lo que es peor también provoca la falta de gozo propio ya que no se puede disfrutar de nada porque ¡todo es una mierda!.

A mi entender estos factores humanos que desde cierto lugar del quehacer político se subestima porque vendrían a ser algo así como factores secundarios de las personalidades…problemas psicológicos cuyos análisis van por otro lado o en otros casos solo son temas de la filosofía demasiados laterales para la política práctica.
Quizás si analizamos a la sociedad como una persona nos quedamos cortos pero si pensamos que la sociedad está compuesta por personas con problemáticas humanas que atraviesan de forma transversal todas sus actividades la cosa puede que se enriquezca un poco más. Lejos estoy de intentar hacer un trabalenguas o complicar lo simple (tanto Gre!...Gre!...para decir Gregorio!!!).

Lo que invito es a separar algunos tantos y ver cuanta miseria humana irracional se ha puesto y se sigue poniendo en juego en estos tiempos y hasta donde esto va más allá de lo que denominamos tradicionalmente “lo político”. Desde no aceptar medidas igualitarias porque se pierde poder frente al más débil que había comenzado a consumir (y tener) igual que muchos sectores que siempre lo habían podido hacer. El reflejo más claro es el de las netbook porque si nos ubicamos de ese lado de las miserias humanas podríamos plantear: “antes el consumo y el acceso a la tecnología me distinguía, me hacía diferente… porque solo la gente como yo podía consumir, determinados bienes concretos. Ahora como nos igualamos en ese consumo no puedo ser diferente, estar por arriba, ser de otra categoría, de otra clase”.

En relación a la cultura como bien de consumo podría preguntarme (sin respuesta posible por supuesto…¡al pedo como quien diría!) ¿Cuántos que no fueron nunca a Tecnópolis porque sin reconocerlo no les gustaba porque era gratis… y a las cosas gratis van los negros y no me distingue como diferente ante los demás, en estos días están concurriendo a ver los mismos dinosaurios de la ahora desmantelada Tecnopolis para verlos en al Rural pagando una no barata entrada? ¡Porque ahora que ¡sé que hay que pagar! y ¡como sé que no todos la pueden pagar! …¡Vale la Pena!...Ahora puedo distinguirme frente a los otros que no podrán consumir lo mismo que yo…antes éramos todos iguales consumiendo, yo era parte de un todo sin valor porque eso es lo que provoca la multitud…¡uno se pierde con tanta gente!.
Porque el preciado dinero que me distingue solo los que son capacitados saben qué hacer con él!...¡Sino miren los pobres que cuando tienen un peso lo gastan en zapatillas carísimas y en televisión Digital Paga?...No saben consumir, son ignorantes que derrochan y se hacen vagos…¿para que darles derechos si se abusan o lo malgastan?.

Otros ejemplos son los Shoping llenos de negros con sus familias. Esos lugares que antes solo eran accesibles para la gente de bien…ahora estaban llenos de esa gente. Que no sé como hacían para pagar hasta los pochoclos carísimos(una estafa!!!) ..¡Hasta esos lujos se daban!
Entones hoy con Macri en el gobierno lejos del arrepentimiento exacerban sus miradas despreciando aún más a los humildes, a los trabajadores y a todos los que defiendan a lo popular…esa grasa nauseabunda hay que sacarla, limpiarla. Como una OLA que crece y en dichos de Jorge Aleman esa pulsión de muerte que hace que se quiera destruir al otro…parece encontrar eco en una sociedad cuyo límite no se sabe dónde termina. Tendremos que poner nosotros ese límite?...¿Cómo?

Por otro lado nuestra propia procedencia de izquierda popular con cierto dogmatismo religioso nos dificulta mucho la autocrítica , tal vez, por esa facilidad en ver traidores en todos lados unido a nuestro propio miedo a la expulsión del propio rebaño. No hemos podido escarbar, un poco al menos, en las distintas razones de la derrota. En parte explicado  por la bestial campaña de estigmatización de los trabajadores del estado. Esos “noquis” expulsados por decreto del territorio construido por el régimen como de la “nueva honestidad”… que de nueva no tiene nada y de honestidad menos pero es lo que han armado de manera canalla. Lo que ha quedado fuera del debate hasta nuevo, aviso y no digo que este mal porque hay prioridades, son los grupos de compañeros, militantes, adherentes o llámenlos como quieran que estaban rentados y no iban a trabajar hace rato. Esa militancia rentada que no estuvo a la altura de la historia y desapareció de los barrios hace rato. Podrán leer coyunturalmente esta cuestión y plantear que quedaron presos de la interna con la candidatura de Scioli…y puede ser. Pero también es verdad que los espacios vacíos fueron cubiertos por el enemigo como un repliegue hasta casi prolijo. También hablo de muchos que tenían responsabilidades varias; cargos, dinero que usaron para beneficio personal. Todos conocíamos a alguien que estaba  en el Frente para la Victoria que se estaba enriqueciendo desde hace rato y lo grave del asunto no era ni siquiera el dinero porque si su trabajo estaba bien hecho es por lo menos “debatible” su sueldo. Pero muchos o se rascaban desde hace tiempo o dibujaban su trabajo con acciones mínimas irrelevantes en el mejor de los casos o de trabajos que estaban lejos de aportar a un proyecto nacional y popular.

POR SUPUESTO QUE NI ESTO NI NADA JUSTIFICAN EL DESPIDO DE LOS TRABAJADORES ESTATALES. NI LA ESTIGMATIZACIÓN, NI LA REVANCHA, NI DEJAR SIN EL SUSTENTO BÁSICO DE UNA PERSONA QUE ES SU PROPIO TRABAJO. Ni tampoco pretendo hacer una denuncia en donde necesite prueba o dar nombres. Van por el Estado y eso está claro. Lo que estoy tratando de decir es que “las miserias humanas” también se dieron y se dan en el campo popular.

La revolución dentro de la revolución es una idea demasiado exagerada y muy generosa para el Kirchnerismo pero para que se entienda es que sin los seguimientos y controles en cualquier gobierno llámese popular o no comienzan a aparecer sectores o grupos con intereses propios. Como una clase o subclase que con un poder sin la mirada de otros compañeros ven que pueden aprovecharse de la situación en beneficio propio. Quizás la inexperiencia generacional de los miles de jóvenes que a buena hora se comprometieron con el proyecto hizo que su memoria no estuvieran presentes los miles de militantes que en otras etapas realmente duras no recibían un peso y ponían en riesgo su vida todos los días. Estaba cebados y se les notaba demasiado, confiando en un triunfo sin militar los barrios, sin caminar la calle. A decir verdad creo que todos estábamos en piloto automático esperando ver el triunfo de Scioli por televisión…la diferencia es que ellos eran rentados, se les pagaba para eso.

Las medidas últimas de transferencia de recursos económicos hacía los sectores de más ingresos dejan sin el peso específico ese dinero pagado a estos grupos porque en la cuentas finales son apenas migajas comparados con el robo del que está siendo víctima todo el pueblo argentino.
Pero a mi entender son procesos que no se pudieron evitar en muchos procesos de transformación.
La idea de clase privilegiada en relación a los distintos sectores que integran el Kirchnerismo es demasiado decir. Los pibes de La Campora están lejos de serlo y su poder es limitado ahora fuera del aparato del Estado, ni los nichos de corrupción el tienen tampoco la independencia para seguir por si mismos (por lo menos no todos).
Lo que quiero decir es que hay aspectos que se desarrollan y tienen que ver con “lo humano”, son miserias que parecen inevitables cuando no hay mecanismos de control y seguimiento. Las personas en un proceso político no solo sacan lo mejor de sí sino también lo peor. Y esto no se trata de decepcionarse con la raza humana sino de entender al mismo en un contexto en donde el poder del dinero sigue  comprando voluntades en todos los niveles o al menos haciendo ganar un sueldo sin ir todos los días.
Hay que sin duda defender los puestos de trabajo como lo que es un derecho inalienable pero también se trata de tener honestidad intelectual y nombrar las innumerables  y complejas causas de la derrota.

La sociedad como juez.

Está claro que van por el Estado y no por los ñoquis. Está claro que van por el Kirchnerismo como demostración del poder en una oleada revanchista.
Si  aceptáramos que hay algunas personas que no trabajan y que al gobierno les interesa que el Estado funcione bien la solución es casi obvia: “los pondrían a trabajar”. No les importa ni las personas ni el Estado. Ni tuvieron un poco de dignidad para dar las caras y decirles que fueron despedidos, para explicar a la sociedad cuáles son sus planes. Nada de esto ha sucedido. Trabajadores en la calle, estigmatizados junto a un Estado también estigmatizado esperando el cartel de remate. .

No hay que ser muy inteligente para darse cuenta que es imposible que sean todos ñoquis. No hay que ser inteligentes para darse cuenta de otras cuestiones… pero no se trata de inteligencia sino de deseo, un deseo que se asemeja más una pulsión de muerte. No ven aunque vean videos o información alternativa. Quisieron ver una realidad catastrófica en el gobierno anterior y la vieron…entonces hoy con todos los medios de comunicación a favor no moverán un dedo para dudar, aunque sea un poco, lo que le dicen los medios dominantes. No es cuestión de inteligencia sino de cabezas colonizadas. No es una cuestión de razonamiento...ellos quieren CASTIGO y se erigen como jueces  de esa condena (tanto el gobierno como parte de la sociedad).



Vienen por los trabajadores, por los militantes sociales, vienen por los que se resistieron siempre…y vienen también por los negros aunque hasta a los propios les cueste entender. La argentina tiene desde cientos de años un conflicto étnico que nunca resolvió. Un conflicto desde las entrañas que siempre lo disfrazó y lo disimuló. Ya Macri tranquilizaba a sus devotos en uno de los primeros discursos de festejo…"Les hablo a los argentinos que bajaron de los barcos”…Porque el odio de clase estuvo siempre y lo que más les molesta es que esos negros se han dado “lujos” a sus ojos no merecen y además han ocupado lugares que no les corresponde.

Quien no tiene la piel oscura quizás no entienda su verdadera dimensión pero vivir sospechado es una constantes en las cosas más simples hasta en las causas más importantes…. Si un morocho camina por una vereda serán más de uno los que cerraran rápidamente su portón solo por las dudas. Si alguien siente un olor desagradable en un espacio público mirará primero al morocho como responsable natural. Son pequeñeces, boludeces dirán algunos…por no nombrar al que no le dan laburo por negro, al que desprecian porque aparte de ser negro es villero…Somos una sociedad que ha naturalizado su nivel de racismo no reconocido, su hipocresía frente su desprecio ancestral que recorre generaciones enteras.

Lo penosos es que esa grasa que se nombra también refleja el desprecio de clase profundo sin tapujos y bestial; que trasciende tiempos y reaparece de las raíces más despreciables de la sociedad porque no solo se dice sino hay alguien que escucha y asiente. Esa grasa es la grasa de esos negros que amasan, con sus manos negras y sucias, tortas fritas y tortillas(con grasa), comen mortadela barata(con grasa)y son tan ignorantes que comen hidratos de carbono todo el día y engordan(acumulan grasa). Esa es la imagen que desprecian muchos sin decirlo….y encima ni siquiera son “negros de raza negra”, son oscuros, medios grises, marrones o con una negrura de piel brillante…esos son porque si fueran negros de raza negra…¡bueno vaya y pase! ...porque parecerían exóticos vendedores de viyú, porteros de hoteles o algún actor porno…¡pero no!... son negros de la América Aborigen, de los perdedores de la historia eso son.

De ellos les ha molestado, y tampoco van a reconocer, es que esos negros en los últimos tiempos comían la carne que antes se exportaban, comían jamón en vez de mortadela y hasta muchos iban al gimnasio donde se encontraban con los chicos bien que tenían que soportar la transpiración y el olor de esos negros. Eso odian y no se animan a decirlo.

¿A quién creen que les pedirán Documentos en la calle?

Se vienen de vuelta por los negros, los cabecitas en sus nuevas versiones y no todos tienen ganas de verlo porque los coloca de frente a sus propias miserias. Porque es un mal que paradójicamente recorre todos los colores porque ya no es un problema solo de blancos y negros.
Vienen por los negros también y lo peor es que seguro que mandan a algún negro a buscarnos.
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El Negro Ricardo

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