martes

SEGUNDO TIEMPO


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Su figura es bastante gris aunque se vista de anaranjado. Està lejos de inspirar pasión o algo cercano al entusiasmo. Le tocó estar en el banco de suplentes justo cuando ya no había a quien poner. Nadie había pensado en él como posibilidad verdadera, excepto el mismo. Pero lo cierto es que fueron entrando a la cancha otros jugadores que se lesionaron o abandonaron por que no tener nivel de juego. Para colmo el mejor jugador de su equipo está suspendido hasta el 2019 (Cosas de la FIFA que se le va a hacer...). Entonces cuando llegó su turno la mayoría de la hinchada no quería que sea titular. La cuestión fue que apenas entró a la cancha generó dudas por su "gambeta rara". Su juego de cintura se interpretó como peligroso; no son pocos los que creen que en una de esas queda perfilado para el otro lado y hace un gol en contra. De desconfiados nomas...

Se esfuerza por hacer lo que el técnico y la hinchada piden pero para ser sincero no le sale bien. Su juego es como forzado (poco relajado) se nota que quiere quedar bien. En el bar los muchachos discuten desde hace rato si es que no le sale o no quiere. Hay que reconocer, sin embargo, que con su estilo frío y calculador ha logrado ganar más de un partido; sin embargo la hinchada es siempre exigente pidiéndole además pasión por la camiseta... y al tipo no le sale. Encima cuando hace declaraciones parece que aprieta play y se llena de lugares comunes "con fe y esperanza vamos a ganar" se lo escucha decir provocando el silencio de los propios y extraños.

En estos días está jugando el partido más importante de su vida y su equipo en el primer tiempo está ganando solo por un gol(lo que ya ha despertado murmullos). Tal vez estos tiempos Post-Maradona le exija lo que se veìa en esos viejos partidos donde había un solo jugador que se ponía el equipo al hombro. La vara está muy alta y tampoco es su caso porque ni siquiera es el mejor sino tan solo el único que está en condiciones de jugar.

Su equipo por momentos parece que esta para ganar el mundial y en otros parece a punto del descenso. 

Del otro lado tienen a un equipo lleno  de dueños de pelota que de forma increíble se han puesto de acuerdo para este partido. Empilchan con las mejores camisetas y los botines más caros, parecen correctos, juegan según dicta las nuevas tendencias del fútbol, han ganado ya varios campeonatos y no son pocos los seguidores. Pregonan el sacrificio más que el placer por el juego y tienen como lema "el que no gana es porque no quiere"(algunos son más duros y dicen que el que no gana es porque es un vago en la cancha). Pregonan por la estricta obediencia al reglamento pero han sido acusados de jugar sucio y algunos aseguran que salen a jugar con alfileres en la mano. 

En este momento nuestro equipo está en los vestuarios escuchando los consejos del técnico quien les habla a todos pero especialmente a él. Porque sabe que el único que puede torcer la historia del partido es él. Y èl dice que esta seguro de ganar pero con tan poca pasión que ni el masajista le cree.

No es un problema menor considerando que es un partido trascendental. Se juegan cosas muy importantes: el que gana se queda con el país, como una remake de terror de la película Metegol o una versión trucha de un cuento de Fontanarrosa. 

Decir que nadie quiere perder es una obviedad. Pero es tanta la tensión que por momentos se piensa que el tipo juega para los contrarios (sobre todo por esa tranquilidad que parece desgano) y en otros momentos se sueña que pueda mostrar ese plus, esa garra que les nace a todos los que han tenido que afrontar la vida después de atravesar situaciones traumáticas. Todos queremos ver aflorar al héroe apasionado que contagie no por su perfección sino por su pasión. Pero bueno... no todo está perdido.

En el entretiempo se hizo corre la bolilla:  "cuando el tipo recibe mayor aliento se pone el equipo al hombro y es capaz de hacer goles increíbles".

El primer tiempo fue tranquilo, demasiado casi sin entusiasmo. tanto que como se volvió a permitir hinchada visitante muchos de los nuestros se pasaron a la otra hinchada y nadie se dio cuenta. 

Pero ahora ¿Como hacer para que vuelvan de este lado?...Muchos sostienen que hay que volver a las raíces: decirles que "lo que se juega es un país no solo un partido". 
Lo cierto es que son solo 15 minutos para convencerlos. Encima ¡no se puede ser agresivos porque los tipos se enculan y los perdiste!. 
No queda tiempo para grandes reflexiones. Tal vez se trate de usar el mismo sentido común que usa la hinchada contraria..¿O será que la pasión la tenemos que poner nosotros? A veces la misma necesidad trae las soluciones. 

Ahora no hay tiempo para reclamos, nadie sabe cómo fue posible que se llegara a esto. Ahora solo hay que ganar el partido y no perdernos en la discusión de si somos Menotistas o Bilardistas. Hay que ganar o ganar.

También es verdad que  a veces para ganar hay que perder. No será representante apasionado de nuestro estilo pero tal vez sea tan solo como esos defensores que no brillan pero cuando el partido se pone jodido ponen lo que hay que poner. ¿Què se yo?...Cosas que uno piensa...
Lo cierto es que de los 15 minutos del entretiempo ya perdí uno escribiendo. Mejor voy a ver qué hago para sumar gritos para esta hinchada.
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R.H
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