
Las nuevas prácticas culturales de las jóvenes generaciones obligan a repensar las preguntas acerca de los vínculos entre la educación, la lectura y los medios audiovisuales y electrónicos.
Los hábitos culturales de los jóvenes han vuelto impertinentes preguntas que recorrieron el siglo XX y aún intranquilizan a especialistas en políticas culturales. Por ejemplo ¿van a desaparecer los libros en los próximos años? ¿Cómo lograr que los jóvenes lean más? ¿Dedicar más tiempo a ver televisión contribuye a la despolitización?
En vez de ocuparnos de estas preguntas, propongo otras para replantear los desentendimientos entre la educación y jóvenes: ¿Cómo podemos, quienes fuimos formados con libros, tizas y los Vétales, reeducarnos para compartir el mundo con la generación del Mouse, el iPod y el hip-hop?
…Se lee de otras maneras, por ejemplo escribiendo y modificando. Antes, con el libro impreso, era posible anotar en los márgenes o huecos de la página, dice Chartier, “una escritura que se insinuaba pero no podía modificar el enunciado del texto ni borrarlo”; ahora el lector puede intervenir el texto electrónico, “cortar, desplazar, cambiar de orden, introducir su propia escritura”….
….En vez de seguir oponiendo los libros y la televisión, convendría ensayar formas diversificadas de fomentar la lectura en sus múltiples oportunidades, en las páginas encuadernadas y en las pantallas...
Por Néstor García Canclini
Antropólogo y autor de “Diferentes, desiguales y desconectados”.
Nota aparecida en suplemento Ñ del Diario Clarín del sábado 1º de Septiembre de 2007.
Los hábitos culturales de los jóvenes han vuelto impertinentes preguntas que recorrieron el siglo XX y aún intranquilizan a especialistas en políticas culturales. Por ejemplo ¿van a desaparecer los libros en los próximos años? ¿Cómo lograr que los jóvenes lean más? ¿Dedicar más tiempo a ver televisión contribuye a la despolitización?
En vez de ocuparnos de estas preguntas, propongo otras para replantear los desentendimientos entre la educación y jóvenes: ¿Cómo podemos, quienes fuimos formados con libros, tizas y los Vétales, reeducarnos para compartir el mundo con la generación del Mouse, el iPod y el hip-hop?
…Se lee de otras maneras, por ejemplo escribiendo y modificando. Antes, con el libro impreso, era posible anotar en los márgenes o huecos de la página, dice Chartier, “una escritura que se insinuaba pero no podía modificar el enunciado del texto ni borrarlo”; ahora el lector puede intervenir el texto electrónico, “cortar, desplazar, cambiar de orden, introducir su propia escritura”….
….En vez de seguir oponiendo los libros y la televisión, convendría ensayar formas diversificadas de fomentar la lectura en sus múltiples oportunidades, en las páginas encuadernadas y en las pantallas...
Por Néstor García Canclini
Antropólogo y autor de “Diferentes, desiguales y desconectados”.
Nota aparecida en suplemento Ñ del Diario Clarín del sábado 1º de Septiembre de 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario