En el desempeño de nuestra tarea uno de los temas que no se abordan, o se abordan parcialmente es el de la autoridad. Quizás sea porque vivimos en una sociedad en donde el tema de la autoridad se relaciona solo con las jerarquías y el poder. Dos temas delicados, si es que cabe el término, ya que son las instituciones de gran poder, e incluso las que nos han educado como individuos y ciudadanos las que por su verticalidad se estructuran de forma jerárquica. Ejemplo de esto es la Iglesia, el ejército y la escuela. La verticalidad plantea que hay uno que está por arriba del otro, hay una autoridad superior y un subalterno por debajo. Uno que manda y otro que obedece.
Sin tener esta estratificación la escuela se vale de un director/a que es la autoridad dentro de la escuela (y para casi todo el personal).

Estas son las instituciones en las que nos hemos formado. Sin caer en el escepticismo de pensar que es difícil salirse de estos modelos, muchas organizaciones sociales han tratado de construir otros modelos de autoridad más cercanos al concepto de horizontalidad. Es por eso que me parece importante el termino construcción de autoridad porque nadie nace con las experiencia de haber transitado organizaciones horizontales. No voy a explayarme en análisis de las características del capitalismos en donde a dichos de Hobbs “el hombre es el lobo del hombre” pero de eso parecen tratarse, en la mayoría de los casos, las relaciones humanas nada menos que del dominio del otro.
Volviendo a las organizaciones hay experiencias ricas de construcción que tiene que ver con la asamblea, el consenso, la mayoría y demás. En donde la autoridad es pensada como una responsabilidad que debe asumirse entre todos. Mi experiencia me demuestra que en estos casos es mejor pensar en formas de prácticas de representación de la mayoría o formas de arribar a un consenso ya que cuando todos deciden es muy poco operativo y las decisiones terminan por no tomarse. Me parece que la clave es encontrar un equilibrio entre las dos posturas en cuanto que no es sano que una persona decida todo(o algunos) ni tampoco que todos decida todo, ya que en la gran mayoría de los casos cuando se dice “todo” es muy parecido a nadie”, ya que ese todos se desvanece porque implica una responsabilidad para asumir y que las condiciones estén dadas para que todos se hagan cargo. En la práctica esto es muy difícil entonces lo que termina pasando es que decide el que toma esta autoridad, es como si la autoridad estuviera flotando y nadie quisiera tomarla con las manos cayéndose al piso. En algún momento esto es recogido por alguno (algunos) y ejercido. Ese alguien tendrá que disponer de dos cosas para recogerla: decisión y autoridad propia, es decir no cualquiera está en condiciones de hacerlo. En este punto creo ver algo interesante que es el tema de la autoridad de cada uno de los referentes de una institución u organización. En base a qué cosas se va conformando la autoridad de esta(o estas) persona?
Pero existen otro tipo de liderazgos: estos podrán emanar del prestigio que tenga la persona por su perfil, por su capacidad operativa, por su ética, por su personalidad. Podrán existir varios de estos liderazgos dentro del grupo conviviendo sin disputa alguna. Estos podrían ser móviles o rotativos ya que dependerán del momento del grupo el cual marcará la necesidad de esos liderazgos en momentos puntuales. Esto no es una competencia de roles ni de liderazgo. No es que los lideres que tenga el grupo estén “moviéndole el piso al coordinador o directores” se trata de pensar que el grupo tiene una dinámica propia que esta en continuo movimiento y no depende de acuerdo o decisiones que se hayan tomado.
Si definimos al líder como aquel que tiene más aceptación y consenso dentro de un grupo de personas; capaz de influir en los otros con sus ideas(o acciones) y encontrar adhesiones. Tendremos que agregarle un condimento mas cercano a la realidad de una institución que es el poder….hay muchos lideres pero quién tiene el poder?
Tema espinoso si es que los hay porque en algunas organizaciones con intenciones de horizontalidad es casi un pecado pensar que hay personas que tienen poder y otras no ya que la idea más aceptada y cómoda es pensar que todos tenemos poder(o que nadie lo tiene y somos todos iguales). Recuerdo que había comenzado a fundamentar mi posición con respecto a este tema argumentando que tenemos tendencia a creer que el poder es malo y lo tienen los otros. También señalé que todos tenemos poder pero en una organización unos tienen más que otros, cosa bastante saludable si consideramos que hay distintas responsabilidades y cuando coincide el poder con el consenso y el liderazgo es cuando el equilibrio de la organización logra mayores frutos. El problema surge cuando la autoridad (y el poder emanado ella) del lo formal no coinciden con los demás poderes, autoridades y liderazgos informales presentes en el grupo.
Pero como todo no es ni muy ni tan tan en muchos casos las autoridades formales son elegidas por los que luego no coincidirán con la línea elegida. Pero que enredo!!... ¿Porqué determinado grupo de personas delegarán o elegirán a personas que luego no coincidirán con su práctica? O (hagámoslo más complejo ya que hacemos veinte hagamos veintiuno…) cómo es que un grupo de personas aceptan la autoridad de personas con las cuales no coinciden en su práctica?
Me parece que el problema no esta en las personas como tal sino en las ideas que representan esas personas. Es decir plantearlo en relación a las personas nos llevará irremediablemente a pensar solo en función de las características personales de estos referentes que es muy importante y define una cantidad de factores de suma importancia, pero no es lo único que se pone en juego. Caer en este análisis a mi entender es caer en un reduccionismo ya que o pensamos que la cosa ya no tiene solución porque es escarbar en temas en los cuales no nos sentimos autorizados o caso contrario pensamos que si esta persona abre su mentalidad o hace terapia se solucionaría parte del problema.
Insisto cuando aceptamos determinadas autoridades formales o informales estamos aceptando determinada idea de lo que es la autoridad, el poder y determinada idea de lo que es nuestra práctica: No aceptamos solo a las personas sino a lo que hay atrás de ella. Lo que está detrás no necesita ser algo malo o bueno pero serán estas ideas concretas las que estarán presentes en nuestra ideología declarada o no. Tal ves nunca nos pusimos a pensar qué decimos cuando no decimos o qué decimos cuando hacemos o dejamos de hacer. Lo que decimos en palabras y acciones es en definitiva lo que conformará nuestra ideología concreta. Las acciones hablan no solo las palabras…
Lo que si hacemos como personas es asumir roles (no hablo solo de los formales) y asignarlos, roles que tienen autoridad y poder determinado encarnando además… ideas determinadas. ¿Entonces qué ideas adherimos, a veces, sin darnos cuenta?. Una de las claves es determinar quiénes tienen autoridad y porqué en una institución? En qué se basa la autoridad de algunas personas concretas? .En las organizaciones claramente verticales podemos decir sin titubear que es porque es el jefe o el director…pero en las organizaciones en donde se intenta construir horizontalmente que podemos decir si todo se trata de concensuar?
Por ahí va la cosa. A mi entender hay ideas no explicitas (una ideología latente) en cada acción la cual por distintos motivos (algunas son por contexto histórico de la organización: crisis, éxito, etc.) son aceptadas, hay consenso sin ningún tipo de reflexión. Debo aclarar que en general en las que se plantean los conflictos más profundos son las que no coincide lo dicho con lo hecho, no hay conciencia de la contradicción. En otras en cambio el conflicto aparece pero...o me hechan o me voy, por no estar de acuerdo y el conflicto de acabó porque está claro hacia donde se va y porque simplemente se elige adherir o no. En cambio en donde la madeja se enreda es en donde no hay posibilidad de ver este conflicto y la cosa se dispara para cuestiones personales e individuales como estados de ánimos o incompatibilidad de caracteres.
Volviendo al análisis anterior (ver página 3 y 4) Cuando las ideas a las que adherimos giran entorno a ideas tales como:
….son más valorados, o se supone que tienen que serlo aquellos que “se desviven” por la organización, aquellos que son capaces de renunciar a sus temas personales en función de las tareas de la organización, por ende “se desviven por los chicos” o “se sacrifican por los chicos”. También se valora o “se supone que hay que valorar” a aquellos que trabajan más que los demás, por decisión propia, porque las necesidades de la organización lo requieren, porque son los únicos capaces de poner un plus en su tarea….
Es en función de estas ideas que se construye la práctica y por ende la autoridad, entonces independientemente que algunas personas tengan la autoridad formal; o no, y siempre y cuando encarnen estas ideas tendrán autoridad y poder real. Cuando no existe noción de esto; cuando no se acepta la idea de lo real y lo formal, más allá la existencia misma del poder dentro de los grupos es cuando no se llega a desenredar la madeja y quedamos entrampados en la contradicción sin verla.
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