Vivimos en un mundo que proclama al tiempo libre no solo como necesario sino incluso como imprescindible. Se supone que es en ese espacio donde puede crecer la noción de uno mismo. Disfrutar de una soledad creativa, compartir intimidades, descubrir aspectos de la relación de uno con las cosas en los cuales no había reparado hasta el momento, es decir, ampliar nuestro mundo interno.
Pero lo que parece tan claro, lineal o sencillo, no se traduce en la práctica en conductas coherentes con esas afirmaciones. Nuestra vida social nos muestra muchas veces lo contrario. Ese espacio abierto y sereno, que en la mejor traducción de algunos filósofos llamamos ocio, se convierte en angustia y que exige con urgencia fabricar divertimentos, o mejor, pasatiempos, que rápidamente nos reaseguren.
La libertad que es asociable a la idea de felicidad que estamos tratando, se correlaciona con la capacidad de elegir, que como sabemos implica renuncia, alternativas posibles, afirmación de una decisión y coraje para experimentarla. El ocio, en la medida en que se aleja de la presión exterior, profundiza la mirada dentro y fuera de uno mismo y enriquece nuestro horizonte. Pero a la vez exige soportar lo incierto y lo imprevisible.
El tiempo libre al que hacemos referencia está lejos de una chatura apacible o de un alejamiento de la experiencia que nos toca vivir. No tampoco es descanso luego de haber concluido el camino planeado, sino que es una mirada activa que despojada de prejuicios y mandatos, intenta percibir algo más o diferente a lo logrado.
El ocio no es una actividad concreta, sino un estado del alma. No es un hueco para ser llenado, sino un vector que atraviesa desafiante las convenciones. Se enlaza con la imaginación y la sorpresa, las que, como muchas veces veremos en este libro asociamos a la idea de felicidad.
…(en relación al ocio)…Es diversidad pero no se zambulle en un caos anárquico y confuso, sino que, en alianza con la razón, propone, crea y realiza.
Extraído del último libro del Psicoanalista José Eduardo Abadi “De Felicidad También se Vive”
Edit: Sudamericana.

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