jueves

Literatura

Durante los 90 tuvo su auge la literatura de Osvaldo Soriano. La mayoría de sus libros fueron Bestseller cosa que no ayudo a su prestigio sino a dividir las aguas entre aquellos que veían en el un estilo casi único para relatar historias y los que creían que eran el reflejo de la literatura fácil que circulaba por las góndolas de supermercado (Que recién incorporaba la venta de libros). Su prosa en muchas casos repetitiva y su obsesión por la figura paterna no lograban opacar su forma de transportar al lectores en sus historias fantásticas que hablaban de perdedores en los tiempos que todos nos creíamos ganadores.

Esa argentina contradictoria a la cual le costaba ver sus propias miserias humanas los personajes grotescos de Sorianos los volvía hasta cariñosos. El humor y el ridículo eran imanes para los lectores que encontraban historias mínimas y creíbles. Los que devoraban sus libros eran vistos como parte de la literatura pasatista de esos años. Todavía se lo discute en estos tiempos y se reviven anécdotas como las que debatieron en Pagina12 Batriz Sarlo y Guillermo Saccomanno que nadie más que los protagonistas sabra que fue lo cierto y que no. Pero solo unos pocos, consagrados o no, acepados o no pudieron lograr que sus lectores lo extrañen tanto como a él. Pocos escritores se pueden dar el lujo de que algunos volvamos a sus libros de ves en cuando y devorarlos como la primera vez. Te invitamos a que te acerques por ejemplo a La Hora sin sombra” un libro para leer en un viaje que es cuando uno sale a buscar cosas a la vida.

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